Hoy en día, el uso de las TIC va
casi unido al día a día. Las TIC se usan y nos facilitan innumerables cosas.
Además los niños de hoy en día, saben utilizarlas perfectamente y crecen
usándolas, aprendiendo y divirtiéndose con ellas.
El debate está en si estas TIC,
son buenas o no a la hora de educar. Si estas pueden utilizarse dentro de la
metodología de estudio y si sus efectos son positivos o negativos dentro del
niño y de su educación.
Todo el
mundo está de acuerdo en que la educación necesita una revolución, ya que los
niños de ahora, no son iguales que eran los niños hace unas décadas. Muchos de
estos autores opinan que son las TIC las que tienen que comenzar esta
revolución. La tecnología, las redes sociales o los videojuegos tendrán un
papel significativo y serán útiles para transmitir a los niños, las nuevas
habilidades y competencias requeridos para el entorno cambiante en el que
vivimos.
Como
dice el autor Marc Prensky, para esta revolución en la enseñanza, es muy
importante cambiar la implicación de los alumnos en su propio aprendizaje. Ya
no son los días en que los niños se sentaban en las sillas y escuchaban la
explicación del profesor, hacían los ejercicios del libro, etc, actividades que
favorecían el aprendizaje memorístico, ya que en esas clases los niños se
aburrían y tenían que estudiar de memoria más tarde en sus casas los contenidos.
Los tiempos han cambiado y es necesario que los niños se impliquen en su
aprendizaje para así lograr un aprendizaje más permanente y más significativo.
El
papel del profesor o profesora en el aula del Siglo XXI es muy importante ya
que es él o ella, con su metodología, la que permitirá que los niños puedan
utilizar estos nuevos instrumentos de aprendizaje.
Muchos
autores como Marc Prensky han dicho que los ordenadores y los videojuegos no
son tan malos en la educación. Hay personas que opinan que no son compatibles
pero estas personas no han probado esta combinación.
Siempre
se tiene el pensamiento de que los videojuegos y los ordenadores son malos
porque hay muchos juegos de violencia, guerra, competición, etc, que no son
nada educativos. En eso podemos estar de
acuerdo. Pero sin embargo hay muchos otros juegos muy educativos y didácticos
que ayudarían a los niños a divertirse aprendiendo y a retener conocimientos.
El que tiene que tener la responsabilidad de elegir los juegos y aplicaciones
del ordenador es el profesor o profesora y por eso, ellos deben saber que hay
muchos videojuegos educativos (videojuegos en los que se puede sumar, restar,
ordenar palabras, etc,), numerosos juegos interactivos con los que los niños se
divertirían muchísimo, se sentirían más motivados a aprender y les harían las clases más amenas, además de que les ejercitaría más la mente
que con ejercicios clásicos. Además, no solo se divierten sino que con su
propio ejercicio, al jugar interactivamente, aprenderán mucho más
significativamente y más motivados.
Además
de en el aprendizaje, los videojuegos tienen otro punto positivo y es que, en
todos los videojuegos hay reglas. Esto es importante ya que los niños aprenden
mientras juegan a cumplir esas normas y se acostumbran a ello.
También
es importante la motivación que adquieren los niños cuando juegan a realizar
los objetivos finales del juego. Esto es importante en la medida que el niño se
va motivando para lograr todos los fines que tiene el juego y se esfuerza por
conseguirlos.
Además,
los videojuegos tienen otro punto a su favor, y es que enseñan a los niños a
tomar decisiones y a rectificar, ya que siempre hay momentos en los que hay que
decidir qué hacer y, si cometen errores, podrán volver a intentarlo infinidad
de veces y cada vez irán mejorando y rectificando sus fallos para lograr los
objetivos, lo que agudizará su ingenio y capacidad. Con las recompensas que te
dan estos juegos (puntos, monedas, subir de nivel…) los niños se sentirán más
motivados para seguir jugando y aprendiendo.
También
hay juegos de grupo, en los que pueden jugar varias personas juntas, lo que
fomenta la cooperación ya que todos juntos tendrán que trabajar para cumplir
los objetivos.
Todo lo
anterior queda de manifiesto en estudios donde se demuestra que los
profesionales que se han criado con videojuegos, son mejores profesionales. Por
lo tanto, no hay razón por la que nosotros los docentes y las familias, no
podamos educar a los niños con videojuegos cuando estos son acordes para su
edad, ya que mejoran la relación con los niños (ya que si juegas con ellos y
les enseñas sentirán más cercanía y complicidad), les motivan, les ayudan a
mejorar en su aprendizaje y además y lo que es muy importante, se divierten
aprendiendo.
En nuestro debate de clase, se recogieron muchas de estas razones para abogar por un SI a los videojuegos. Un sí, a la mejora en la educación de los niños. Un sí, a los métodos de nuestros días. En definitiva, un Sí al progreso.
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